El Baúl de Monje: fenómenos catalogados de "gran intensidad"
En la calle Marqués de Monasterio, número 10, Madrid, se encuentra una tienda de antigüedades conocida como "El Baúl del Monje". Un lugar en la ciudad, en pleno corazón de esta, dónde en el año 1998 comenzaron los extraños golpes surgidos de la nada, estallidos de inexistentes cristales, muebles que se arrastran solos por el local o relojes cuyas manecillas enloquecen y giran a ritmos asombrosos y, sobre todo, una de las más extrañas características de los poltergeist: los aportes.
Los "aportes" son materializaciones repentinas de cuerpos sólidos, comúnmente de pequeño tamaño. En el "Baúl del Monje", estas materializaciones se hacían patente en monedas fuera de circulación, botones o pedazos de madera quemada.
Lo que allí ocurrió fue estudiado por diversos expertos e incluso por uno de los fundadores de la Policía Científica española.